La importancia de contar con un plan sólido de comunicación institucional o corporativa no sólo es relevante para vender o consolidar nuestra marca o producto, sino también como canal de conexión para afianzar nuestra cartera de clientes.
Éstos, posiblemente, son los dos aspectos que más preocupan a toda empresa o negocio, y sobre los que se puso especial énfasis en el último encuentro Castalia Labs, organizado el pasado viernes por la asociación ‘No Sólo en la Red’, y en el que participó Roberto Regal, director ejecutivo de la agencia de comunicación Respira.
No obstante, a pesar de ser conscientes de la necesidad e importancia que suscita la comunicación en nuestra empresa, en muchas ocasiones fallamos en lo más básico, que es trazar las líneas maestras de un buen plan, que debe comenzar por un estudio integral de nuestro producto, los objetivos del negocio, la población a la que nos dirigimos, las carencias y los fallos que estamos cometiendo y, sobre todo, en qué debemos y podemos mejorar.
En este sentido, cuando hablamos de plan de comunicación solemos tener la idea de transmitir al exterior, a terceros; pero olvidamos la intracomunicación, es decir, la conexión con nuestros clientes, tal como señala Regal, quien destacaba este punto como uno de los problemas más habituales a los que se enfrentan grandes empresas y corporaciones públicas, que han dejado de lado a un numeroso grupo de población que debería ser prioritario, precisamente, porque ya forma parte de su cartera.
Asimismo, dentro de los planes de comunicación, existe un amplio abanico de herramientas al alcance de toda empresa o negocio. No obstante, el desconocimiento sobre los objetivos que se persiguen, o sobre el alcance o limitaciones de dichas herramientas, muchas veces nos lleva a hacer un mal uso de las mismas, lo que equivale a una mala inversión. Y es que, en comunicación, un mayor gasto no siempre es garantía de éxito.