Las coberturas de automóvil por daños propios y responsabilidad civil voluntaria lograron reducir su siniestralidad hasta el 30 de septiembre de 2017.
Así se desprende de los datos recabados por ICEA, que señalan que, en lo que respecta los daños propios, el índice se situó a finales del tercer trimestre del año en el 95,1 por ciento, lo que supuso una caída del 0,9 por ciento.
Por su parte, las coberturas de Responsabilidad Civil también lograron disminuir sus incidencias hasta el 81,1 por ciento, lo que implica una caída del 2,3 por ciento respecto al año anterior.
La tercera cobertura con más incidencia es la de rotura de lunas que, a diferencia de las anteriores, aumentó el número de siniestros en un 0,7 por ciento, hasta situarse en el 69,1 por ciento.
En el lado opuesto de la tabla se sitúan las coberturas contra incendios o por retirada de carné, que registraron el menor número de incidencias con un 3 y un 19 por ciento respectivamente.
Esto, no obstante, contrasta con los datos de la Dirección General de Tráfico, que revelan un crecimiento de la siniestralidad en las carreteras españolas de un 3 por ciento.
De este modo, 2017 se convierte en el segundo año consecutivo en el que se incrementa el número de víctimas mortales. Un hecho que no se producía desde hace dos décadas cuando ocurrieron dos años consecutivos en el aumento de víctimas mortales, según el balance de la siniestralidad en carretera llevado a cabo por la DGT.
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