Las facturas por seguros contra catástrofes alcanzaron la cifra récord de 135.000 millones de dólares el pasado 2017, en lo que tienen mucho que ver algunos fenómenos como los huracanes Harvey, Irma y María; o el terremoto en México.

Ahora bien, si a ello le sumamos las pérdidas no aseguradas la cifra se dispara a 330.000 millones de dólares, situando el año 2017 como el más caro de la historia sólo por detrás de 2011, cuando se produjo el terremoto de Tohoku en Japón, que supuso unas pérdidas de 354.000 millones de dólares.

Sin embargo todo esto «sólo es una anticipo de lo que está por llegar», en opinión de Torsten Jeworrek, miembro de la compañía reaseguradora MunichRe. «Nuestros expertos creen que estos fenómenos extremos serán más frecuentes en el futuro», señala.

EEUU lidera las pérdidas

Por países, Estados Unidos es el que acumula mayores pérdidas después de que Harvey provocara pérdidas de 85.000 millones de dólares, mientras Florida registraba daños por valor de 32.000 millones debido a los estragos provocados por el huracán Irma.

En Europa las heladas han sido devastadoras, lo que ha reducido las cosechas hasta en un 50 por ciento, mientras en Asia los daños provocados por los monzones también se sitúan por encima de la media.

Tony Kuczinski, presidente y CEO de MunichRe EEUU, insiste en el papel determinante del seguro a la hora de ayudar a reconstruir a las comunidades tras estas catástrofes, aunque alerta de que incluso en un país tan desarrollado como EEUU muchos hogares y pequeñas empresas no cuentan con cobertura frente a inundaciones, y reclama la colaboración público-privada para promover la protección contra las inundaciones.

Y es que, según Hermann Pohlchristoph, miembro responsable de MunichRe en la zona de Asia-Pacífico, tan sólo el 8 por ciento de las pérdidas se encontraban aseguradas.

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