En pleno debate sobre el papel de la Universidad en España, la FP tiene un gran futuro y se perfila como una vía fundamental para la empleabilidad de los jóvenes.
Según los expertos, en los próximos años, la mitad de los puestos de trabajo que demandará el mercado laboral necesitarán profesionales con una cualificación intermedia, precisamente para los que prepara la FP.
Debemos tener en cuenta que el sector productivo de los países de nuestro entorno se construye, precisamente, con alrededor de ese 50% de población con capacitación intermedia que ofrece la FP, y que prepara con perfiles específicos.
¿Qué ocurre en España? Que al contar con perfiles más de tipo universitario se produce una sobrecualificación, es decir, se dispone de una cualificación mayor a la requerida por el mercado laboral, lo que termina generando ineficiencias y carencias.
Estas son algunas de las conclusiones que se extraen del estudio ‘Reflexiones sobre la Formación Profesional de Grado Medio y Superior en España’, elaborado por el IESE e impulsado por Fundación Mapfre y Atresmedia.
En dicho informe destaca un dato: tan sólo el 46% de los universitarios accede a un puesto de trabajo acorde a su titulación, y sólo el 30% lo logra durante los posteriores cuatro años tras finalizar la carrera.
Por todo ello los estudiantes de FP presentan, a día de hoy, una tasa menor de desempleo que los universitarios, además de que la Formación Profesional también ayuda a reducir el fracaso y el abandono escolar temprano.
Eso sí, como señala el estudio, la FP también debe adaptarse a los nuevos tiempos, abandonando su marcado perfil industrial para adquirir uno más acorde a la revolución tecnológica.